¿Consultar a un coach parental,
por qué ?
La mayoría de los comportamientos inadecuados de nuestros hijos no están necesariamente ligados a una patología o un retraso que requiera un seguimiento específico del niño.
Un niño evoluciona en un entorno, con su entorno, no crece solo. Sus reacciones exageradas, sus bloqueos, sus conductas desbordantes o sus dificultades pueden tener múltiples causas y por lo general no revelan ninguna patología en particular. ¡Afortunadamente!
Del “Saber hacer” con su hijo (conocimientos técnicos)
Muy a menudo, las situaciones familiares difíciles y las relaciones complejas provienen de la falta de información sobre el desarrollo psicomotor y afectivo del niño, sobre su psicología, sus habilidades, su singularidad.
Cuando una planta no crece bien, o pierde sus hojas, buscamos información para saber cómo ayudarla a crecer, o adaptamos su entorno.
Hoy sabemos, en particular gracias a las neurociencias afectivas y sociales, qué necesitan nuestros hijos para su desarrollo y cómo funciona su cerebro. Como para las plantas, ¡qué suerte!
Depende de nosotros, adultos y padres, cuestionarnos e informarnos para ayudar mejor a nuestros hijos a crecer y realizarse: cuestionarnos para adaptar el marco y el entorno que se adapte a cada uno.
Y así favorecer el pleno desarrollo de su hijo y nutrir nuestra relación con él.
Sin embargo, conocer las “herramientas” y aplicar mecánicamente “un método” (por muy positivo que sea) puede llevar al agotamiento y la culpa. ¡No funciona siempre, ni para todos!
Al “saber ser” padre
Porque cada niño es diferente, pero sobre todo porque cada padre, cada adulto, tiene su historia única, sus propias creencias, su forma de mirar al otro y al mundo.
Y contrariamente a lo que se pueda pensar, saber no es suficiente para acompañar a un niño en su crecimiento y desarrollo.
Es con lo que somos que criamos a nuestros hijos, ¡y no solo con lo que sabemos! Con un niño, no puedes disimular quién eres, incluso si estás súper informado y súper equipado.
Es avanzando hacia un mejor conocimiento de sí mismo, de su vida interior y de su historia que madres y padres pueden convertirse en autores y actores de su paternidad: configurando su relación con su hijo, en conciencia, en lugar de intentar duplicar lo que proponen los libros.
Entonces podrá acompañar mejor a su hijo hacia su pleno desarrollo, respetando su singularidad y su individualidad.
Madres y padres serán también - ¿y sobre todo? - capaces de nutrir, cuidar y apreciar el vínculo magnífico y precioso que los une a su hijo.
El papel del coach parental, verdadero terapeuta de la relación padre-hijo, es acompañar a madres y padres - sin juicios, con su propio ritmo y respetando las necesidades de cada uno - hacia el saber hacer con su hijo y el saber ser una madre o un padre que promueve el desarrollo del niño y nutre su relación con él.